Mejorar la calificación energética de una vivienda puede hacer que su valor aumente. Así lo indica un estudio realizado por IESE Business School, la tasadora Tinsa y la firma de análisis Accumin Intelligence. De acuerdo con sus datos, subir un nivel en la etiqueta energética incrementa el precio de la vivienda en un promedio del 1,3 %, con un impacto aún mayor —por encima del 4 %— en regiones del norte del país y en inmuebles construidos después de 2006.
Esto demuestra que la eficiencia energética empieza a ser un factor relevante para los compradores, quienes poco a poco valoran más el ahorro energético y su efecto sobre el coste de vida y el medioambiente. Según el estudio, los compradores están dispuestos a pagar más por viviendas que consumen menos energía, no solo por el ahorro futuro que supone, sino también por su aporte a la sostenibilidad.
Aunque el impacto en los precios todavía es moderado, la tendencia es al alza. Hay que tener en cuenta que este 1,3 % refleja únicamente el efecto de la eficiencia energética, sin mezclarlo con otras características como la calidad del edificio. Esto es importante porque, en muchos casos, las viviendas con mejores calificaciones energéticas también son más recientes y mejor construidas, lo que influye en su precio final. Si se incluye este factor, el aumento medio en el valor de una vivienda por mejorar una letra en su etiqueta energética se sitúa en torno al 9,4 %, aunque ese dato puede estar distorsionado por la calidad superior de los inmuebles más nuevos.
FUENTE PERIODÍSTICA EL PAÍS